Revisitando la primera entrada

¡Ay, la semestre está casi terminada, y he cumplido casi nada!

Mi meta principal para el blog fue para sostener un nivel consistente de output durante la semestre, ¡y en esa he inequívocamente fracasado!

En parte eso fue por la gran extensión de mi cuento sobre el calcetín verde. Lo que puede ser un minicuento sobre una búsqueda corta para un calcetín, convertí en un thriller político en tres partes. Tenía mucha dificultad para seguir con los siguientes tópicos cuando todavía estaba escribiendo el primero.

Las dos otras metas que establecí fue para minimizar mi dependencia en diccionarios para también vocabulario y conjugaciones verbales. En el primero, tampoco no tenía éxito; todavía uso el diccionario mucho. ¡Lo usé para esta entrada! Pero en el segundo quizás he tenido un poco de éxito; generalmente ya no necesito buscar formas para el pretérito, o el futuro, o lo que sea (pero si las uso correctamente es otra pregunta).

Entonces, mi fracaso no fue completamente total. Quizás la lección que necesito tomar de este taller es para no ser tan serio y perfeccionista sobre mis escritos; necesito aprender para caminar antes de correr, así sea bien si escriba más cosas con menos ambición, que menos cosas con ambición grande.

Averiguando el origen del problema

El corto El origen del problema cuenta la historia de un pendejo miserable que se llama Jaime. A Jaime no le gusta la diversión, y él tiene una filosofía loca sobre como las cosas gratis son malas. Es tan loco que, cuando tiene una oportunidad perfecta para robar la billetera de alguien, ¡no la tomó! Presumiblemente tiene “la ética,” o algo. No le importa el dinero, de todos modos. Loco.

Pues, de cualquier manera, en resumen, Jaime gana un VW por un criminal, y se casa con su hermana. La hermana del criminal, no de Jaime. Luego se da cuenta como miserable es su vida. Fin.

Así aquí es un final alternativa para la historia, que inyecta un poco del sabor de Dan Brown:

“Estoy intentando averiguar el origen del problema,” dijo Jaime, resignadamente. Pero antes de su esposa pueda responder, una furgoneta negra rechinó a una parada cerca de Jaime. Dos hombres grandes aparecieron del interior, seguido por un hombre que parecía muy siniestro, con una mano coja.

“Buenas días, Jaime,” dijo la persona enigmática. “Te he sido buscando por diez años. Tú robaste mi billetera, y hasta mucho tiempo, te he encontrado.”

“¡No robé nada!” protestó Jaime. “La di a la policía.”

“Ah, pero tomaste un singular ítem antes de eso, ¿no? Tomaste mi carta de Arnold Schwarzenegger. Y tú no podías saber eso, pero eso fue el origen de tus problemas. Ves, aquella carta es actualmente un mapa de tesoro. Y ahora lo volverás a mí.”

“Eh, ya no sé dónde es.”

“Entonces morirás.”

Jaime se tragó.

Luego, probablemente hubo una persecución de vehículos, y quizás Nicolas Cage o Tom Hanks haría una aparición. No sé.

FIN.

Una botella del realismo mágico

A quien pueda concernir,

Escribo a ti para una razón muy simple: a mí y a ti tampoco les gusta el realismo mágico. Esta cosa es la única cosa que tenemos en común; es lo que nos ata juntos. Pero el realismo mágico también es la razón que nos permite para comunicar. Porque, tú ves, sin el realismo mágico, sea imposible que un náufrago reciba un mensaje en una botella se dirigido a él, y yo no pueda saber quién eres, o que no te gusta el realismo mágico. Pero esas cosas han ocurrido, así ahora tenemos solamente una cosa para discutir: ¡cómo odiamos el realismo mágico! Es el género peor de la literatura. Es demasiado pretensioso, totalmente destruye la suspensión de la incredulidad, y muchas veces refleja actitudes irracionales del autor.

¿Cuál es el autor que te molesta lo más? ¿Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Isabel Allende? No necesitas responder; por supuesto ya sé. Y también yo sé las cosas que te molestan lo más del género: Los personajes superficiales, que muchas veces son personajes tipos simples. Siempre hay viejas místicas y sabias, amantes jóvenes, inventores excéntricos, dictadores crueles, y bla bla bla. Este género nos molesta así mucho, ¡pero nuestro tragedia es que somos nosotros mismos personajes de una obra de realismo mágico!

Así entonces, ¿Quién se matará primero? ¿Me pasarías el cianuro?

El misterioso calcetín verde – Parte 3

Y ahora aquí estuvo Jiménez en el apartamento silencioso. Su búsqueda había sido sin frutas. El calcetín no había aparecido. Jiménez empezó a tener dudas sobre su gran teoría de un mensaje secreto dejado por Juan Pablo en sus últimos minutos. Otras posibilidades empezaron a surgir en su mente. Quizás el asesino tomó el calcetín para un suvenir. Era muy extraño, claro, pero no más extraño que un mensaje identificando un asesino. Y, todavía, ¿no son los asesinos extraños? Pero apenas terminó esto pensamiento, algo se dio cuento. Algo verde. Sobresalió un poquito de un libro de papeles en un escritorio. Jiménez inmediatamente abrió el libro, y, por supuesto, allí estaba ubicado el misterioso calcetín.

Abajo del calcetín estaban una foto y un documento, en lo que había sido garabateado “él lo hizo- más en caja de seguridad 45-J-33” y el nombre de un banco. En la foto estaba una cara familiar para Jiménez: su jefe, el Comisario de la Policía. El documento era una copia de un registro financiero, detallando unos pagamientos en la cuenta del Comisario, de varias fuentes de mala fama. Así. El Comisario es corrupto, y cuando Juan Pablo aprendió de su trato, el Comisario lo había matado. Jiménez tenía mucha sorpresa con este desarrollo, pero la evidencia fue indisputable. Juan Pablo fue alertado a su asesino (quizás vio a su coche, quizás lo oyó a la puerta), y tuvo el tiempo para solamente un mensaje básico, pero no quiso que el asesino se diera cuenta. Y el asesino salió muy pronto después de matando a Juan Pablo, antes de encontrando la evidencia y la destruyendo, probablemente porque oyó la vecina. Así, ahora necesito ver esa caja de seguridades, pensó Jiménez.

Pero súbitamente oyó algo; giró, y vio un hombre enmascarado. Debó ser el asesino, volviendo para encender el apartamento y destruir la evidencia, y ahora para matar Jiménez también. Los dos pelearon, y rápidamente Jiménez ganó la ventaja, noqueando el hombre y lo esposando. Jiménez fue un poco nervioso para llamar para respaldo, porque no sabía si podría confiar sus compañeros en la policía ahora. Pero cuando ellos llegaron, parecieron tan chocados como él, así confiado los con el asesino, y salió para la caja de seguridades. Era el tiempo para la verdad ser revelado.

Fin.

El misterioso calcetín verde – Parte 2

¿Por qué no llevaba Juan Pablo dos calcetines? No tuvo sentido. Ahora el calcetín que no había desaparecido estuvo en una bolsa de pruebas, en el escritorio en la oficina de Detective Jiménez. El detective examinó la bolsa y sus contenidos. El calcetín fue claro verde, y de lana. Pareció completamente ordinario. Y por supuesto parece ordinario, pensó Jiménez. ¡Es un calcetín! Calcetines son ordinarios. Juan Pablo tenía que tener una razón para llevar solamente uno. Jiménez pensó por un tiempo… quizás… quizás Juan Pablo quiso enviar un mensaje… quizás supo que su muerte fue cerca, y solamente tuvo suficiente tiempo para hacer un mensaje apurado. Este fue la respuesta, Jiménez se dio cuenta. Los investigadores que habían buscado la escena del crimen no buscaban para cosas escondidas por la víctima. Así pudieron faltar algo. Jiménez inmediatamente agarró su abrigo y salió al apartamento.

Concluirá…

El misterioso calcetín verde

Detective Carlos Jiménez pasó una hora buscando un calcetín verde en el apartamento.

Tres días antes, Juan Pablo Rivera fue descubierto, muerte, en el piso de su apartamento, por su vecina. ¿La causa de su muerte? El asesinato. Juan Pablo fue un político muy importante en la ciudad, y por eso hay muchas personas que hubieran querido que él muera. Pero la policía no tenía ningún sospechoso específico. Carlos Jiménez fue el detective encargado con la investigación, y cuando empezó sus inquisiciones, revistó los detalles del caso. Juan Pablo había sido batido en el trasero de la cabeza, con un instrumento desconocido. No hay seño de entrada esforzada, ni una pelea, así entonces Juan Pablo probablemente conocía a su asesino. Y un detalle fue más confundiendo: Juan Pablo había sido llevando solamente un calcetín. Los investigadores no habían podido encontrar el otro.

Continuará…

Primera entrada en el blog de James

¡Hola, rancheros!

Me llamo James, y, como se puede ver, yo soy un experto con el diseño gráfico. Pero, aunque yo tengo mucho talento con el diseño, eso no es el objeto de mi estudio aquí a la ANU. Estudio la lingüistica, y también la filosofía y el español.

En este taller yo solo espero que yo pueda sostener el output necesario para conseguir éxito. Si puedo hacer eso, yo creo que mi español mejorará naturalmente.

Y lo que quiero mejorar específicamente es mi necesidad para contar con diccionarios para escribir lo que quiero decir. Eso incluye vocabulario y conjugaciones también. Quizás escribir un blog ayudará eso, quizás no. Yo no sé, y solamente tiempo puede decir.

Abajo es un foto de un gato con un sombrero.

gato con sombrero